Blog Capítulo 12 (Descubriendo el sur)

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Blog – Viaje en moto por América

David Pueyo – Contacta

¡Bienvenid@! Si te gustan las historias que hablan sobre aventuras y viajes en moto te presento este relato, aderezado con una dosis de realismo y surrealismo compartido, ficción y mucha sátira. Un blog peculiar que resume un viaje en moto de 2 años por todo el continente americano, 18 países recorridos y un hilo conductor que narra la relación entre el binomio hombre-moto.

 

CAPITULO 12 (Descubriendo el sur)

El verano austral estaba llegando a su fin y el frío no iba a tardar en llegar. Teníamos que darnos prisa hasta llegar a Ushuaia y no congelarnos en el intento.

Esos días, digamos, fueron especiales. Estábamos conociendo la zona más austral de América y cumpliendo un sueño del que veníamos soñando tantos meses atrás. No dejaba de ser otra etapa en el camino pero la sentíamos más representativa que otras, posiblemente porque cumplíamos el ecuador del viaje por Sudamérica.
Mirar atrás y ver que después de tantos kilómetros y aventuras seguíamos juntos, era una sensación muy gratificante.

El panorama que nos encontramos en esa parte de la Patagonia era, simplemente, espectacular. Visitamos el famoso Glaciar Perito Moreno en Calafate, también la ciudad de Puerto Natales y su Parque Nacional Torres del Paine, y la ciudad cosmopolita y comercial de Punta Arenas, bañada por el famoso Estrecho de Magallanes que en su momento convirtió a la ciudad en una de las más importantes de Chile.

Mientras tanto, el viento no daba tregua. Los árboles semi tumbados nos avisaban de las hostilidades de la zona. Era la primera vez en todo el viaje que sufríamos esas bandadas «huracanizadas» que nos lanzaban de lado a lado de la carretera. Ante esas situaciones, Kawa se trasformaba en velero, yo asumía el rol de capitán, y juntos, luchábamos contra el viento como si de un océano se tratara.

El sur también era frío, nada amable para los más calurosos. La feroz masa antártica jugaba con sus reglas y dejaba poco juego al azar. Teníamos suerte porque la época no era ni de las más frías ni más lluviosas, lo que no evito que llegáramos a Ushuaia prácticamente con síntomas de congelación en manos y pies. Para rematar la jugada encontramos un bloqueo de manifestantes al entrar en la ciudad; nos vieron tan mal que finalmente nos dejaron pasar, eso sí, con Kawa apagada y sin hacer mucho ruido. La larga cola de coches y autobuses que habíamos dejado atrás nos miraba con recelo y no hacía falta provocar más de la cuenta.

Con más necesidad de una buena ducha caliente que de cualquier otra cosa, nos encontramos alojados en una casa particular, fruto de un contacto, la cual no gozaba ni de ducha ni de agua caliente. Por no haber, no había ni calefacción, en su lugar, una gran cazuela de agua hirviendo calentaba la habitación con su vapor. Kawa descansaba a la intemperie en el pequeño jardín rodeada de coches destartalados y semi desguazados.
A pesar de todo, fue una experiencia única que muy profundamente agradecimos a nuestro anfitrión.

Pasada la primera noche, llegó el momento de conocer el Parque Nacional de Tierra de Fuego donde recorrimos el último tramo de carretera hasta llegar al punto llamado el “Fin del Mundo”, donde ya no era posible continuar. A unos cientos de kilómetros hacia el sur únicamente se encontraba ya la Antártida.
El Parque nos encantó, hicimos por perdernos entre sus bosques verdes y amplios lagos, poblados de animales en total libertad. Una delicia que en ese momento nos animó a continuar con más ganas todavía.

Aunque la zona nos flipó, llovía y hacía frío. Lo que nos hizo iniciar en pocos días el camino de vuelta hacia el norte, esta vez bordeando la costa atlántica de Argentina.

Decíamos adios al sur, mientras nos preparábamos mentalmente para afrontar las historias que todavía nos deparaba el futuro.

Próximamente…Capítulo 13.

 

 

Colaboradores:
motosprint