Blog Capítulo 7 (Desafío Dakar Uyuni)

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David Pueyo – Contacta

¡Bienvenid@! Si te gustan las historias que hablan sobre aventuras y viajes en moto te presentamos este relato, aderezado con una dosis de realismo y surrealismo compartido, ficción y mucha sátira. Un blog peculiar que resume un viaje en moto de 2 años por todo el continente americano, 18 países recorridos y un hilo conductor que narra la relación entre el binomio hombre-moto.

 

CAPITULO 7 (Desafío Dakar Uyuni)

Como verdaderos pilotos de carreras llegamos a Uyuni, un pueblo crecido por la llegada del famoso Dakar. Un lugar sencillo y muy básico pero con un entorno único, en el medio de la nada y rodeado de sal y arena.

No sabíamos que nos íbamos a encontrar más allá del pueblo la mañana que iniciamos la ruta para conocer el famoso Salar y los tres días de camino que había hasta cruzar la frontera a Chile, nuestro siguiente destino.
Los locales nos avisaron que iba a ser un trayecto duro, que con moto era peligroso y que se podía complicar mucho. Recuerdo la mirada con Kawa, era la de dos desafiantes enamorados que querían continuar y arriesgarse. Un mirada de “ojos a faros” más real de lo que se podía imaginar. ¿Cómo no hacerlo? ¿Cómo no cumplir un sueño?

* DÍA 1: Primera etapa (Uyuni – San Juan de Rosario):

Pueblo de Uyuni – Enlace final Salar (Etapa de 105 km. 100% pavimento de sal).
Hora: 10 de la mañana.

Cargo equipaje, tanque de gasolina lleno, reviso a Kawa y nos dirigimos al punto de encuentro de todos los mega 4×4 que esa mañana partían en tour cargados de turistas. Nuestra idea era seguirlos y en caso de pérdida (íbamos sin GPS) seguir las marcas de los neumáticos. Arrancamos la aventura con ganas, con algo de incertidumbre y por qué no decirlo, con algo de miedo por lo que nos habían dicho que nos íbamos a encontrar.
Todo empezó bien, pasamos por el famoso cementerio de trenes e hicimos una parada para fotografiarnos en el monumento al Dakar (¡fotaza!). Seguimos en línea recta sobre un mar de sal espectacular, una autopista gigante adoquinada por la naturaleza en forma hexagonal que nos condujo hasta la Isla Incahuasi, en el medio del Salar y punto casi obligatorio para visitar.

Un rato después nos pusimos de nuevo en marcha para acabar de cruzar el Salar y llegar al enlace que nos llevaría a nuestro destino de ese día. Pero Kawa se empezó a recalentar, tenía toda una capa de sal en el radiador que no le permitía respirar. Le di agua y subsanamos provisionalmente el problema. Me dijo que lo estaba pasando mal, que saliéramos de ahí cuanto antes, que no sabía cuanto más aguantaría. Yo en ese momento me quedé algo intranquilo, no podíamos quedarnos ahí, en la nada de la nada, solos, sin GPS y rodeados de un mar de sal. El problema era que no podíamos reducir la velocidad, sino perdíamos el rastro del 4×4 que teníamos delante y que nos guiaba desde la mañana. Le pedí a Kawa un último esfuerzo, le dije que aguantara unos kilómetros más hasta el enlace, y como una campeona es lo que hizo.

Enlace final Salar – San Juan de Rosario (Etapa especial de 76 km. Terreno arenoso-rocoso y serrucho).

Una vez fuera del Salar y ya sobre pavimento de tierra, decidí parar unos minutos para descansar y aprovechar a limpiarle de nuevo el radiador a Kawa con la última botella de agua mineral que nos quedaba.

Seguimos la ruta detrás de un 4×4 que nos bañaba de tierra, piedras y polvo. Era imposible ver algo, el terreno era el peor hasta el momento, temblábamos sin parar y el cansancio poco a poco iba apareciendo. Lentamente el sol nos fue abandonando y la conducción se complicó, pero logramos llegar al anochecer a una posada en San Juan (Hotel de Arena), extenuados, con los huesos rotos y con ganas de nada. Le atornillé un par de cosas a Kawa, disfrutamos durante unos minutos del impresionante cielo repleto de estrellas y nos fuimos a dormir.

* DÍA 2: Segunda etapa (San Juan de Rosario – San Pedro de Atacama):

San Juan de Rosario – Enlace Ollagüe (Etapa Especial de 81 km. Terreno arrenoso-rocoso).
Hora: 7 de la mañana.
 

Duché a fondo a Kawa para eliminar cualquier resto de sal del día anterior y que me agradeció gratamente. Comenzaba el segundo día de ruta. Hablé con un chófer de un 4×4 para preguntarle si tenía algún problema en que le siguiera (el chófer del primer día se había largado sin avisarme). Me dijo que adelante, pero que no se responsabilizaba de nada.

Solo salir del poblado en una zona de dunas la rueda delantera de Kawa se clavó entera en la arena, nos caímos y el 4×4 continúo sin mirar atrás. Estamos en la mierda Kawa, ¿lo sabes, no? Enterrada en la arena fui incapaz de levantarla, los 220 kg eran mucho para mi flaca complexión.
A lo lejos divisé animales y deduje que algún pastor podría merodear por ahí, así que empecé a caminar. Unos kilómetros después lo encontré, era un señor mayor (80 años más o menos), que amablemente aceptó caminar conmigo de vuelta y ayudarme a levantar a Kawa. Así hicimos, empujamos los dos hacia arriba y logramos ponerla derecha. El hombre, de pocas palabras, se fue por donde vino y nosotros seguimos nuestro camino.

Continuamos, solos, sin ninguna referencia, únicamente las marcas de neumáticos de los 4×4. ¡En esos momento hubiéramos pagado oro por un GPS! Al cabo de unos kilómetros me di cuenta que estábamos perdidos, de nuevo en la nada, rodeados de llanuras y montañas en el horizonte. Nuestro instinto nos hizo continuar y elegimos seguir por una senda con las marcas de neumático más marcadas. Después de un rato a la deriva, a lo lejos en el horizonte vimos que algo levantaba polvo, iba muy rápido, parecía un vehículo. Aceleré a Kawa, jugándonos la vida entre arena, matorrales y piedras hasta que logramos alcanzarlo y pararlo a base de bocinazos. Eran 2 guías que amablemente nos indicaron la dirección y nos aconsejaron no continuar por la ruta que habíamos pensado.
La acumulación de kilómetros en tal diversas superficies pesaba en mis hombros y en toda la maquinaria de Kawa. Las condiciones eran tan duras que replanteamos la ruta y decidimos cruzar la frontera por Ollagüe hasta San Pedro de Atacama y abandonar la ruta que nos habíamos marcado. Llegamos con apuros, Kawa sin gasolina en su depósito y yo abatido.

Enlace Ollagüe – San Pedro de Atacama (Etapa de 302km. Ripio suelto/firme y asfalto).

Ollagüe era de película, un pueblo en medio de la nada junto a un volcán humeante y unas vías de tren que transportaban sin cesar minerales. Según como lo mires, un lugar para flipar. Necesitábamos buscar gasolina, pero en el pueblo no había gasolinera ni nada que se le pareciera. Nos dijeron que preguntáramos en un ¡ultramarino! y en un ¡restaurante!, pero sus respectivos dueños nos dijeron que se les había acabado la gasolina, pero que les quedaba chuletón. Ante esta situación desesperada decidimos buscar al alcalde del pueblo y pedirle ayuda.

Nos recibió Jorge, el alcalde en funciones. Le expliqué la situación. Recordaremos toda la vida sus palabras, “David, no te preocupes, se trata de un caso humanitario y te voy a regalar del depósito municipal los 6 litros de gasolina que necesitas para continuar”. Un ángel había aparecido en nuestro camino y le estaremos eternamente agradecidos.
Después de las respectivas fotos y abrazos de gratitud continuamos unos cuantos kilómetros de camino pedregoso (donde por cierto, perdí el saco de dormir de tanta vibración) y asfalto hasta San Pedro de Atacama, pasando por la ciudad de Calama donde repostamos de nuevo, esta vez en una gasolinera.

Se dice que algunas de las motivaciones de los corredores del Dakar son cumplir un sueño, un deseo tenaz, llegar hasta el final. Ahora sentimos que tenemos algo en común con ellos, podemos asegurar que para nosotros fue uno de los desafíos más bestias de nuestras vidas y estamos contentos de haberlo vivido y superado. Sólo 2 días de travesía en los que, tanto yo como Kawa, sentimos sin duda el verdadero espíritu dakariense.

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Próximamente…Capítulo 8.

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Capítulo 1 (Mi nueva compañera de viaje)
Capítulo 2 (Luna de miel)
Capítulo 3 (La hora de la verdad)
Capítulo 4 (De oca a oca y tiramos porque nos toca)
Capítulo 5 (Mundo Inca)
Capítulo 6 (Hostilidades bolivianas)

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